El poder de la voluntad es superior a la voluntad del poder de hacernos perder la voluntad.

La vida en si misma no tiene sentido ni valor ni finalidad, solo nosotros a lo largo de nuestra existencia le brindamos un sentido, le damos un valor y le asignamos una finalidad. Todo lo que nos dicen que debe ser la vida, carece de "valor y sentido"; la vida debe ser lo que elijamos que sea.

sábado, 24 de octubre de 2009

¡terminemos con el opio de los pueblos!

Días hay en que me domina un sentimiento más negro que
la más negra melancolía: el desprecio hacia los hombres. Y para no dejar lugar a dudas acerca de qué es lo
que desprecio, quién es el que desprecio, aclaro: es el hombre de ahora, el hombre del que de un modo fatal
resulto contemporáneo. El hombre de ahora; me asfixia su aliento impuro... Hacia lo pasado, como toda
criatura consciente, practico una gran tolerancia, esto es, un generoso dominio de mí mismo; recorro con
una cautela sombría el manicomió de milenios enteros, ya se llame “cristianismo”, “credo cristiano” o
“iglesia cristiana”, cuidándome muy mucho de hacer responsable a la humanidad por sus locuras. Pero mi
sentimiento experimenta un vuelo y estalla en cuanto me asomo a los tiempos modernos, a nuestros
tiempos. Nuestra época está esclarecida... Lo que antes era tan sólo una enfermedad, es ahora una
indecencia; ahora es indecente ser cristiano. Y éste es el punto de partida de mi asco. Miro a mi alrededor: no ha quedado una sola palabra de lo que en un tiempo se llamara “verdad”; sabemos que dios ha muerto, ya no soportamos ni que un sacerdote pronuncie la palabra “verdad”. Por muy modesta que sea la probidad exigida, hoy día no se puede
menos que saber que con cada frase que pronuncia un teólogo, un sacerdote, un papa, no yerra, miente; que
ya no es posible mentir “con todo candor”, “por ignorancia”. También el sacerdote sabe como todo el
mundo que ya no hay ningún “Dios”, ningún “pecador” ni ningún “Redentor”; que el “libre albedrío” y el
“orden moral” son mentiras; la seriedad, la profunda auto superación del espíritu ya no permite a nadie
ignorar todo esto. Todos los conceptos de la Iglesia están desenmascarados como lo que son: como la más
maligna sofisticación que existe, con miras a desvalorizar la Naturaleza, los valores naturales; el sacerdote
mismo está desenmascarado como lo que es: como el tipo más peligroso de parásito, la araña venenosa
propiamente dicha de la vida... Sabemos, nuestra conciencia sabe hoy, qué valen, para qué han servido, en
definitiva, esas invenciones inquietantes y siniestras de los sacerdotes y de la Iglesia con las que ha sido
alcanzado ese estado de auto violación de la humanidad que ha hecho de ella un espectáculo repugnante.
Los conceptos “más allá”, “juicio final”, “inmortalidad del alma”, “alma”; se trata de instrumentos de
tortura, de sistemas de crueldades mediante los cuales el sacerdote llegó al poder y se ha mantenido en él...
Todo el mundo sabe esto; y sin embargo, todo sigue igual que antes. ¿Dónde ha ido a parar el último resto
de decencia, de respeto propio, ya que hasta nuestros politicos, por lo demás hombres nada escrupulosos y
anticristos de la acción cien por cien, se llaman todavía cristianos y comulgan?... ¿A quién niega el cristianismo? ¿Qué es lo que llama “mundo”? (acaso el cristianismo no es amor al prójimo, compasión y altruismo)
El ser soldado, juez, patriota; el resistir; el ser un hombre de accion; el buscar su propia ventaja; el ser
orgulloso... Cada práctica de cada instante,, cada instinto, cada valoración traducida en acción, es hoy día
de carácter anticristiano; ¡qué engendro de falsía ha de ser el hombre moderno, ya que a pesar de todo no le
da vergüenza llamarse todavía cristiano!

domingo, 11 de octubre de 2009

Sobre la dulce ignorancia.

¿Seremos Envidiosos de las personas que son felices viviendo en la ignorancia? ¿Por que queremos transmitirle conocimientos? ¿Acaso nosotros no éramos más felices cuando éramos ignorantes? Solo el instinto de venganza provocado por la envidia puede explicar nuestro desprecio hacia los ignorantes que son tan felices con la “anticultura”. Los que encuentran bienestar en la falta de explicaciones y en las supersticiones. No suelen tener sed de conocimientos, ni amor por la sabiduría. Solo viven y son felices a su manera, observan con asombro al que muestra sabiduría. Pero ellos no envidian nuestra falta de felicidad, prefieren su dulce ignorancia a nuestra amarga sabiduría.
Creemos que podemos y debemos educar a los ignorantes pero: ¿Acaso la gente que vive en la caverna no están mejor que los que conocen la luz? La luz nos ha hecho ver demasiados acontecimientos desagradables, en cambio la oscuridad de la caverna garantiza el bienestar de la falta de experiencias.
Lamentablemente somos tan egoístas que insistimos en intentar sacar a las personas de la agradable caverna en que viven.
¡Los que queremos más razón y cultura somos tan envidiosos y egoístas que no soportamos la felicidad ajena! Pero esto lo admitimos con orgullo y por eso queremos ser a pesar de todo los asesinos de la ignorancia y de la “felicidad”.

viernes, 2 de octubre de 2009

La importancia de la emancipación individual.

«Nosotros los que conocemos somos desconocidos para nosotros, nosotros mismos somos desconocidos para nosotros mismos: esto tiene un buen fundamento. No nos hemos buscado nunca, – ¿cómo iba a suceder que un día nos encontrásemos?»

“Necesariamente permanecemos extraños a nosotros mismos, no nos entendemos, tenemos que confundirnos con otros, en nosotros se cumple por siempre la frase que dice ‹cada uno es para sí mismo el más lejano›, en lo que a nosotros se refiere no somos ‹los que conocemos›...”.Nosotros los que conocemos no somos los que nos conocemos, somos desconocidos para nosotros mismos. Por eso nuestro problema, el problema del nosotros, también es: ¿cómo conocer (nos)? **

¿Sino nos conocemos a nosotros mismos como podemos pretender conocer lo que es exterior a nosotros? ¿Sino podemos cambiar lo que somos y la forma en que vivimos podemos ser tan osados de pretender cambiar el mundo, la sociedad o a las demás personas? ¿Acaso esto no es un descarado atrevimiento?
por eso es necesario tener en cuenta esto : primero debes cambiarte a ti mismo , luego intenta si te quedan fuerzas y ganas cambiar a los demás y para pretender conocer de veras algo exterior a ti debes conocerte a ti mismo primero.
Debes criticarte duramente a ti mismo y luego, si sobrevives a la autocrítica, critica a los demás.
Primero debes saber quien sos para poder saber que quieres ser. Debes saber que haces, para comprender que es lo que quieres hacer.

Cambiar el mundo que nos desagrada empieza por cambiar uno mismo. Si quieres curar lo que esta enfermo, primero debes estar sano, conocer la salud para diferenciarla de la enfermedad. Solo así sabrás que es la autentica salud y como debe buscarse, además sabrás como identificar lo enfermo para eliminarlo.
No pierdas más tiempo, investígate a ti, escarba dentro de ti, analízate y por fin comprenderás que eres, que deseas y por que lo deseas. Esto te dará más fuerza y el poder para cambiar, permitiéndote concretar tus auténticos deseos.

La revolución social, comienza por la revolución individual. Los liberados podrán liberar a los demás, solo los que alcancen la libertad subjetiva podrán dirigir la emancipación colectiva permitiendo transformar la libertad subjetiva en objetiva.

Enfrentemonos al mayor obstaculo para el conocimiento: el desconocimiento de de lo que somos realmente. ¡está es la ignorancia más vergonzosa! ¡supera esta situación, descubre quien eres realmente!


**la genealogía de la moral, f. Nietzsche