El poder de la voluntad es superior a la voluntad del poder de hacernos perder la voluntad.

La vida en si misma no tiene sentido ni valor ni finalidad, solo nosotros a lo largo de nuestra existencia le brindamos un sentido, le damos un valor y le asignamos una finalidad. Todo lo que nos dicen que debe ser la vida, carece de "valor y sentido"; la vida debe ser lo que elijamos que sea.

martes, 1 de noviembre de 2011

Foucault analizando la utilidad para el poder de las prisiones.......

.....el sistema de la prisión, quiero decir, de la prisión represiva, de la prisión como
castigo, fue establecido tardíamente, prácticamente al fin del
siglo XVIII. Antes de esa fecha la prisión no era un castigo legal:
se aprisionaba a las personas simplemente para retenerlas antes de procesarlas y no para castigarlas, salvo en casos excepcionales.
Bien, se crean las prisiones como sistema de represión
afirmándose lo siguiente: la prisión va a ser un sistema de
reeducación de los criminales. Después de una estadía en la
prisión, gracias a una domesticación de tipo militar y escolar,
vamos a poder transformar a un delincuente en un individuo
obediente a las leyes. Se buscaba la producción de individuos
obedientes.
Ahora bien, inmediatamente, en los primeros tiempos de
los sistemas de las prisiones quedó en claro que ellos no producían
aquel resultado, sino, en verdad, su opuesto: mientras más
tiempo se pasaba en prisión menos se era reeducado y más
delincuente se era. No sólo productividad nula, sino producti-
vidad negativa. En consecuencia, el sistema de las prisiones
debería haber desaparecido. Pero permaneció y continúa, y
cuando preguntamos a las personas qué podríamos colocar en
vez de las prisiones, nadie responde.
¿Por qué las prisiones permanecieron a pesar de esta
contraproductividad? Yo diré que precisamente porque, de
hecho, producían delincuentes y la delincuencia tiene una cierta
utilidad económico-política en las sociedades que conocemos.
La utilidad mencionada podemos revelarla fácilmente:
cuantos más delincuentes existan, más crímenes existirán; cuanto más crímenes hayan,
más miedo tendrá la población y cuanto más miedo en la población, más aceptable
y deseable se vuelve el sistema de control policial.
La existencia de ese pequeño peligro
interno permanente es una de las condiciones de aceptabilidad de ese sistema de control,
lo que explica por qué en los periódicos, en la radio, en la televisión, en todos los
países del mundo sin ninguna excepción, se concede tanto espacio
a la criminalidad como si se tratase de una novedad cada
nuevo día. Desde 1830 en todos los países del mundo se desarrollaron
campañas sobre el tema del crecimiento de la delincuencia,
hecho que nunca ha sido probado, pero esta supuesta
presencia, esta amenaza, ese crecimiento de la delincuencia es
un factor de aceptación de los controles.
Pero eso no es todo, la delincuencia posee también una utilidad económica;
vean la cantidad de tráficos perfectamente lucrativos e inscritos en el
lucro capitalista que pasan por la delincuencia.....


fragmento de un texto q es un desgravado de una conferencia dada por Foucault en 1976 en Brasil.
Publicada en la revista anarquista Barbarie, Nros. 4 y 5 (1981-2), San
Salvador de Bahía, Brasil.... publicado en el libro el lenguaje libertario de la editorial Utopia libertaria

sábado, 8 de octubre de 2011

algún día renacerá este blog.... estoy sin inspiración y sin tiempo para escribir

La completa y total tristeza es tan imposible como la pura y completa alegría.
León Tolstoy


¿Por qué nos alegramos en las bodas y nos entristecemos en los velorios? Porque no somos la persona involucrada.
Mark Twain


La mentira es un triste sustituto de la verdad, pero es el único que se ha descubierto hasta ahora.
Elbert Hubbard


El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la sociedad en sabiduría.
Isaac Asimov

domingo, 22 de mayo de 2011

La prisa no te permite captar lo que hay en el horizonte.

La prisa con la que vivimos no nos permite parar a reflexionar ni sobre lo que somos ni sobre lo que fuimos, y menos nos permite pensar en profundidad sobre lo que queremos ser ; los proyectos se evaporan en la agitación constante producto del ritmo desenfrenado con el que nos movemos en el mundo de la vida.

¿Cómo construir juntos el futuro si no podemos pensar en nuestro presente ni recordar nuestro pasado? Intentemos parar (escapando del ritmo impuesto por un sistema que nos corrompe) para hacernos las preguntas básicas y esenciales que siempre dan que pensar y son fecundas para la mejora de la vida ¿de donde vengo y cual es el origen de esta sociedad? ¿Cómo emerge y se desarrolla esto que parece, desde una mirada ingenua, que esta desde “siempre”? ¿Cómo estamos? ¿Están dadas las condiciones que posibilitarían una forma de existir diferente? ¿Hacia donde vamos? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Entre los múltiples caminos que podemos elegir, cuál es el mejor?

Los predicadores de la servidumbre voluntaria e “inconsciente” nos dicen que tenemos que vivir “sólo el ahora”, esta es una nueva forma de dominación que pretende controlarnos seduciéndonos. Pero no debemos permitir que el poder nos dirija y domine, somos capaces, tenemos poder, y podemos transformar esto que parece ser inmodificable. No sirven las reformas, se requiere una revolución. ¿Cómo llegar a ella? ¿Con que medios? ¡Con que ideología orientarnos? ¿Qué valores nos guiaran?_ esto no se puede responder fácilmente, pero estas preguntas dan que pensar. Lo que se requiere es pensar, pero no solo con la fría razón, sino teniendo en cuenta la totalidad de elementos que nos constituyen como seres humanos. Emancipemos de la razón calculadora que tiene incorporada a la sociedad burguesa, vayamos mas allá, usemos la imaginación, la esperanza realista y todos nuestros sentidos y sentimientos. Animémonos a florecer , el agua y el sol llegaran luego……

miércoles, 11 de mayo de 2011

Anarquismo: Utopía u opción real, viable y deseable

Dicen que pretender una sociedad igualitaria, justa, basada en otros valores radicalmente diferentes, con formas de vida inéditas y sin opresión es imposible. ¿Quiénes dicen esto? los adultos y viejos desesperanzados y decadentes de todas las clases, los conformistas, los privilegiados, los medios burgueses que tienen intereses y privilegios específicos. ¿que importan ellos? nosotros somos el futuro, los que no luchan por construir un futuro que deje atrás este lamentable presente , no tienen derecho a impedir el desarrollo de nuevas formas de vida.
¿La solución puede ser desarrollar el capitalismo hasta que todos lleguemos al lamentable bienestar de la sociedad burguesa? _ no, por ese sendero se llega a la destrucción de este mundo, nuestro mundo (mientras continua la opresión). Es evidente que la naturaleza no soportaría el crecimiento de la industria y del consumismo humano que destruye velozmente a los recursos naturales y favorece desastres naturales. Además: ¿el bienestar esta en tener mas cosas superfluas? ¿acaso el bienestar no se obtiene siendo dueños de nuestros destinos, eligiendo como vivir, reconciliándonos con la naturaleza, amando libremente, desarrollándonos interiormente, gozando junto a nuestros hermanos humanos en igualdad de condiciones, soñando , creando, etc.?
Por eso a los que dicen que el anarquismo es una utopía; yo les digo que la utopía es creer que se puede alcanzar un real bienestar en esta sociedad basada en la explotación y destrucción de la humanidad y la naturaleza. Ser “felices” en una sociedad capitalista es una ilusión u utopía. En cambio luchar por crear otra forma de vida es una opción realista y deseable. Las condiciones de desarrollo económicas, junto a los conocimientos que logramos acumular, lo permitirían.

Solo deseando lo “imposible”, se hace viable lo que parece inalcanzable. Solo rebelándonos y resistiendo la colonización llegaremos a alcanzar algo diferente y nos salvaremos a nosotros mismos y al medio natural que nos rodea. A los predicadores de la muerte en vida les digo: prefiero vivir resistiendo la injusticia, eligiendo la rebelión a seguir padeciendo, y oponiéndome con fuerza al avance de la barbarie de la civilización capitalista. Debemos transformar a la sociedad mientras nos transformamos a nosotros mismos, el cambio interior y exterior van juntos, mientras nos cambiamos a nosotros mismos alteramos la sociedad, y cuando transformamos la sociedad transformamos a la humanidad.
Los y las anarquista son realistas, pues saben que el camino que elige es más difícil de seguir y parece muy lejano, pero sabe que solo este sendero brillante puede conducirnos a una vida que nos eleve a condiciones superiores de vida, es decir a un bienestar general basado en la libertad individual y responsabilidad. Ya que si se quiere ser libre y liberar simultáneamente al resto de la humanidad, entonces se debe aspirar a construir la sociedad libertaria.

¡La libertad sin igualdad es privilegio, y la igualdad sin libertad es tiranía!!!

miércoles, 16 de marzo de 2011

El oscuro y peligroso sendero.

Senderos oscuros llevan a la liberación
Pero los murciélagos aman la oscuridad
¡y yo soy un murciélago, no un ciudadano!
Buscábamos bienestar y solo logramos
la dictadura de la moral y el “progreso”
No quiero esa triste felicidad, por eso
Reivindico el oscuro y complejo camino
contra los que hablan del bienestar general

Esas niñas-mujeres superfluas
Escapan de ellas mismas ¡temen!
¿Qué temen? ¡a la angustiante libertad!
Tienen demasiado miedo de ser autenticas
No pueden ni quieren ser más espontáneas
Se creen superiores solo por ser excéntricas
Mi lamento por la miseria humana adquirida
Es anhelo de la belleza de la naturaleza perdida


Prefiero la vida sencilla
a la infelicidad sencilla
Ellos llaman bienestar
A la extensión de la desdicha
Ellos denominan amor
A lo que es opresión
Solo falta que llamen calor
A aquello que nos congela

¿Para qué quejarse? ¡Para seguir viviendo!
Esos indiferentes parecen cadáveres
Abatidos seres que hablan y ríen
No quieren luchar, prefieren “disfrutar”
¡Que original y extraño es en ellos
Disfrutar de la lamentable miseria cotidiana!
Ellos nos moldean, pues ¡rompamos los moldes!
¡Que no nos configuren ¡ ¡desfigurémonos ya!

Alterémonos, desobedezcámonos o suicidémonos
¡Basta de amor a la opresión! ¡Reivindiquémonos!
Reivindiquemos la vida, despreciemos esta realidad
¡Reconstruyamos y modifiquemos ya nuestro mundo!
¿Por qué? porque es posible, impostergable y deseable
¿Qué esperamos? La otra vida es una ilusión sin rumbo
Un inventado consuelo divino, para que no comprendamos
Y para que no actuemos: es un nocivo tranquilizante.

¡Basta de esquivar nuestras peligrosas aventuras!
El peligro y la “imposibilidad” nos motivaran
Un largo sendero lleno de peligrosos obstáculos
Tendremos que superar. ¿para qué? no lo sé
Si lo supiera, estaría negando la contingencia del devenir
Pero lo bello de este camino consiste en que es azaroso
No es necesario, sólo es imaginable el lejano porvenir
Mejor intentar lo imposible que vivir atrapados en lo posible

jueves, 16 de diciembre de 2010

Por la libertad

Atormentadores espantapájaros
Que asustan a las aves que buscan la alegría
Ellos quietos, como dormidos de día
Espantan la dicha, el amor y la autonomía

¿Qué pretenden esos muertos vivos?
¿Acaso no se conforman con perturbar?
Quieren absorber nuestra sangre calida
¡Malditos murciélagos y mosquitos venenosos!
Que contaminan y enfrían nuestra sangre
Pero aún nosotros queremos volar ¡y volaremos!

No le tengo miedo al que quiere asustarme
Mediante la quietud y el silencio del resentimiento
Su imperceptible venganza busca encadenarme
Pero no pueden ocultar su repugnante secreto

Sólo quieren ensuciar los ríos de vitalidad
Que fluyen por senderos secos y mojados
No saben que la resistencia consiste en morir
Antes que entregarse a la forzada servidumbre
Algunos prefieren la indiferencia tranquilizadora
Posibilitada por la invisible fuerza de la costumbre

Sin embargo: ¡nosotros preferimos la lucha!
No nos entregaremos jamás, no los dejaremos
La guerra consiste en recuperar lo que nunca
Hemos tenido y creemos que nos merecemos

¿Ingenuidad del animal “inteligente”
O perversidad de una especie degenerada?
Quiero ser un maldito impertinente,
Gritar que todo carece de un destino,
La incertidumbre se devora a las certezas
Y que el futuro es oscuro, pero prometedor

Yo sé que no quiero vivir sin morir
Lo efímero es lo que impulsa a existir
Perdamos la dignidad y la humildad
Seamos dueños de nuestra fatalidad

sábado, 4 de diciembre de 2010

No tengo tiempo para escribir, por esto expongo los pensamientos de otros....

El hombre que ha empezado a vivir más seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera. (Ernest Hemingway)

Si alguna vez necesitan algo, por favor no duden en preguntarle a otra persona primero. (Kurt Cobain)

Me interesa cualquier cosa que tenga que ver con las revueltas, el desorden, el caos. Especialmente las actividades que parecen no tener sentido. (jim Morrison)

Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado. (Nietzsche)

La esclavitud más denigrante es la de ser esclavo de uno mismo. (Seneca)

La felicidad nos espera en algún sitio a condición de que no vayamos a buscarla.

La teología me divierte: la locura del espíritu humano se muestra allí en toda su plenitud.
(VOLTAIRE)

La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza.

Vive como si no fueras a morir nunca, actúa como si fueras a morir mañana. (Confucio)

Pienso que si existiera un Dios, habría menos maldad en esta tierra. Creo que si el mal existe aquí abajo, entonces fue deseado así por Dios o está fuera de sus poderes evitarlo. Ahora, no puedo temer a un Dios que es o malicioso o débil. Lo reto sin miedo y me preocupa un comino sus rayos. (...)La idea de Dios es el único error por el cual no puedo perdonar a la humanidad. (marques de Sade)

jueves, 2 de diciembre de 2010

Un poco de schopehauer para los humanistas........

El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales.

Para millones y millones de seres humanos el verdadero infierno es la Tierra.

El hombre es en el fondo un animal terrible y cruel; pero lo conocemos como ha sido domesticado y educado por lo que conocemos como civilización. Sin embargo, la educación no elimina la esencia de este terrible animal.

Por vida feliz hay que entender siempre "menos desdichada"; es decir, soportable. Y realmente, la vida no se nos ha dado para gozarla, sino para sufrirla, para pagarla.

El que no ama ya esta muerto.

Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra "desesperado".

Los hombres vulgares han inventado la vida en sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.

Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error.

El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.

Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.

La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la conducta moral.

con la mayor parte de nuestros conocidos no volveríamos a intercambiar una sola palabra si oyéramos lo que dicen de nosotros en nuestra ausencia

Grita la gente por la condición melancólica y desconsolada de mi filosofía. Pero eso se debe meramente a que yo, en vez de fabular un infierno futuro, como equivalente de los pecados de la gente, he mostrado que ya hay algo de infernal allí donde está el pecado: en el mundo.

El medio más seguro de no llegar a ser muy infeliz es no pretender ser muy feliz.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Algunos aforismos para mantener con vida la llama de este espacio.

La creencia en la salvación por la fe es el principal obstáculo que impide la autentica salvación.



"El revolucionario es un hombre perdido. No tiene intereses propios, ni causas propias, ni sentimientos, ni hábitos, ni propiedades; no tiene ni siquiera un nombre. Todo en él está absorbido por un único y exclusivo interés, por un solo pensamiento, por una sola pasión: la revolución." / Catecismo del revolucionario (1869, Serguéi Gennádevich Necháiev , 1847-1882)

• "Es tonto arrepentirse de cualquier cosa y simplemente pusilánime dejar de hacer algo que realmente se desea" M. de Sade

La astucia de los tiranos consiste en embrutecer a sus súbditos
La primera razón de la servidumbre voluntaria es la costumbre (La Botie)

• *Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada. Giovanni Boccaccio*

miércoles, 27 de octubre de 2010

Aforismos que nacen de experiencias anormales, que emergen del desenfreno del pensamiento.

*Deberíamos expropiarnos a nosotros mismos, quizás así: desnudos, indigentes y desorientados en el abismo de lo absurdo nos encontremos a nosotros mismos; en la carencia y el despojo hallaríamos la riqueza, en la desnudez la liberación de la inhibición y en el amor a la simple existencia autentica la salvación de la perdición.

* Vida llena de enigmas y absurda, deseo con fuerza encontrarte para perder mi conciencia en tu misteriosa esencia.

Este es un poema que le escribi a una querida "amiga":

Que amable es la amargura de la fusión fallida de horizontes
Me deja triste, solo y desconcertado, pero aún con esperanzas
La hipocresía e inhibición se apoderan de mi deseo de sinceridad
Ho, Cobardía para amar con pasión que denominamos amistad

¿Donde esta el sendero que me aleje por un rato de la soledad?
Espero tu llegada, con tu mirada brillante, bella y atrapante
¡Ven a mi! deseo tu presencia para lograr la trascendencia
Perdida del sentido de realidad llamada belleza excesiva


¿Donde estas? ¡Quiero perder mi yo en tu pequeño cuerpo!
Que débil es mi razón ante la invasión de la pasión
Ya no se como alejar de mi lado a la autodestrucción
Quisiera huir lejos de todo para perderme en la nada

Ya perdí las certezas, me robaste mi última convicción
Me quedan mis ideas, mis versos, mi digna pobreza y
Los sueños desenfrenados que emergen en un día agitado
¡Déjame en paz! deseo absurdo que sólo anhela placer

jueves, 7 de octubre de 2010

Sartre: libertad y angustia en el existencialismo ateo

Libertad
Para Sartre, la categoría antropológica fundamental, el rasgo más típicamente humano.

la idea del hombre como un ser libre es una consecuencia inevitable del ateísmo. Según Sartre, los que conciben a Dios como creador lo identifican con un artesano superior, el artesano del mundo: cuando Dios crea las cosas del mundo las crea a partir de la idea que se ha hecho de ellas, del mismo modo que el artesano crea un libro a partir de la idea que de él se ha formado, y por ello el hombre individual es una realización del concepto de hombre que Dios tiene en su mente. En la Edad Moderna la noción de Dios entra en crisis, pero no ocurre lo mismo con la idea de que la esencia precede a la existencia; y, en el caso concreto del hombre, se sigue pensando que existe la naturaleza humana, y a cada hombre como un ejemplo del concepto hombre, exactamente igual que cada libro concreto es un ejemplo del concepto libro. El existencialismo, añade Sartre, es un ateísmo coherente, pues afirma que “si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre... ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después y será tal como se haya hecho. Así pues no hay naturaleza, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere y como se concibe después de la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.” Con estas tesis Sartre declara la peculiar posición del hombre respecto del resto de seres: empieza existiendo, no teniendo un ser propio, empieza siendo una nada, y se construye a sí mismo a partir de sus proyectos; el hombre es lo que ha proyectado ser. De este modo, Sartre relaciona la libertad con la falta de naturaleza: tener una naturaleza o esencia implica que el ámbito de conductas posibles están ya determinadas; que algo tenga una naturaleza quiere decir que el tipo de conductas posibles que le pueden acaecer está restringida o limitada por su propio ser; pero el hombre no tiene naturaleza, no tiene una esencia, por lo que es libre y es lo que él mismo ha decidido ser.


En “El existencialismo es un humanismo”,Sartre dice: "no se nace héroe o cobarde, al héroe siempre le es posible dejar de serlo, como al cobarde superar su condición". Estamos condenados a ser libres: condenados porque no nos hemos dado a nosotros mismos la libertad, no nos hemos creado, no somos libres de dejar de ser libres. Aunque todo hombre está en una situación, nunca ella le determina, antes bien, la libertad se presenta como el modo de enfrentarse a la situación (al entorno, el prójimo, el pasado). Ni siquiera los valores, la ética, se presentan como un límite de la libertad, pues en realidad, dice Sartre, los valores no existen antes de que nosotros los queramos, no existen los valores como realidades independientes de nuestra voluntad, los valores morales los crea nuestra determinación de hacer real tal o cual estado de cosas. Al escoger unos valores en vez de otros, la voluntad les da realidad. La libertad se refiere a los actos y voliciones particulares, pero más aún a la elección del perfil básico de mí mismo, del proyecto fundamental de mi existencia, proyecto que se realiza con las voliciones particulares.

Esta idea sartriana tiene dos importantes consecuencias:

hace al hombre radicalmente responsable: no tenemos excusas, lo que somos es una consecuencia de nuestra propia libertad de elección; somos responsables de nosotros mismos, pero también del resto de la humanidad; lo que trae consigo el sentimiento de angustia y, en los casos de huida de la responsabilidad, la conducta de mala fe;

hace del existencialismo una filosofía de la acción: de forma un tanto paradójica el existencialismo se presenta como una filosofía optimista; paradójica puesto que parecería que al declarar el carácter absurdo de la vida, el ser el hombre “una pasión inútil”, podría fomentar la pasividad, la quietud, pero dado que el hombre es lo que él mismo se ha hecho, dado que se declara que cada hombre es la suma de sus actos y nada más, nos incita a la acción, a ser más de lo que somos: no existe ningún ser que nos haya creado y que dirija nuestra conducta de uno u otro modo.

La reivindicación sartriana de la libertad es tan radical que le lleva a negar cualquier género de determinismo. No cree en el determinismo teológico, ni biológico ni social: ni Dios nos ha dado un destino irremediable, ni la Naturaleza ni la sociedad determinan absolutamente nuestras posibilidades, nuestra conducta. Somos lo que hemos querido ser y siempre podremos dejar de ser lo que somos. Los fines que perseguimos no nos vienen dados ni del exterior ni del interior, de una supuesta naturaleza, es nuestra libertad la que los elige.

AngustiaSentimiento que acompaña invariablemente al hombre pues es expresión de la conciencia de su inevitable libertad.

Para Sartre la libertad es la categoría antropológica fundamental: el hombre no es consecuencia de determinismo alguno, ni biológico, ni histórico, ni social, ni teológico; es una consecuencia de lo que él mismo ha decidido ser. Y este ser autor o responsable radical de uno mismo tiene varias efectos en el ámbito de los sentimientos; en “El existencialismo es un humanismo” describe tres afectos que acompañan a la libertad: la angustia, el desamparo y la desesperación.

La angustia: es el sentimiento más importante, hasta el punto de que Sartre llega a declarar que el hombre es angustia. Distingue la angustia del mero miedo: el miedo aparece ante un peligro concreto y se relaciona con el daño o supuesto daño que la realidad nos puede infligir; la angustia no es por ningún motivo concreto, ni de ningún objeto externo, es miedo de uno mismo, de nuestras decisiones, de las consecuencias de nuestras decisiones. Es la emoción o sentimiento que sobreviene con la conciencia de la libertad: al darnos cuenta de nuestra libertad nos damos cuenta de que lo que somos y lo que vamos a ser depende de nosotros mismos, de que somos responsables de nosotros mismos y no tenemos excusas; la angustia aparece al sentir­nos responsables radicales de nuestra propia existencia. Es muy importante también recordar que para Sartre esta conciencia de la responsabilidad se incrementa al darnos cuenta de que nuestra elección no se refiere solo a la esfera puramente individual: todo lo que hacemos tiene una dimensión social; cuando elegimos un proyecto vital estamos eligiendo un modelo de humanidad, no se puede elegir una forma de vida y creer que ésta vale sólo y exclusivamente para nosotros, no se puede desatender a la pregunta ¿y si todo el mundo hiciera lo mismo? Al elegir, afirma Sartre, nos convertimos en legisladores, por ello siempre nos deberíamos decir: “dado que con mi acción supongo que todo hombre debe actuar así, ¿tengo derecho a que todo hombre actúe así?”. Sartre nos recuerda que el sentimiento de angustia lo conocen todas las personas que tienen responsabilidades, y cita el caso del jefe militar que decide enviar a sus hombres al combate, sabiendo que tal vez los envía a la muerte; él es responsable del ataque, elige esta acción y la decide en soledad.

Podría parecer que la angustia, como miedo ante la elección de una posibilidad, lleva al quietismo o la inacción, pero, señala Sartre, esto no es así, al contrario: la angustia es expresión o condición de la acción misma pues si no tuviésemos que elegir no nos sentiríamos responsables ni tendríamos angustia. La angustia acompaña siempre al hombre, no sólo en los casos de decisiones extremas; sin embargo, cuando examinamos nuestra conciencia observamos que muy pocas veces sentimos angustia. Sartre explica esta circunstancia indicando que en estos casos lo que hacemos es huir de ella adoptando conductas de mala fe, no creyéndonos responsables de nuestras acciones.

El desamparo: este sentimiento es una consecuencia de la conciencia de la radical soledad en la que nos encontramos cuando decidimos: el elegir es inevitable, personal e intransferible. No podemos dejar de elegir (incluso cuando optamos por no elegir, elegimos no elegir, elegimos dejarnos llevar por la circunstancia, la pasión o la legalidad); somos nosotros los que elegimos: no vale excusarse indicando que estamos cumpliendo una orden de un superior o un mandato del Estado, siempre podríamos no hacerlo; sólo si no aceptamos nuestra libertad, sólo si nos consideramos como un eslabón más en la cadena causal de las cosas podemos creer que la elección viene de fuera, pero esto es una trampa, es una conducta de mala fe. No cabe refugiarse en la excusa de la fuerza de una pasión, o de la presión de una circunstancia o de la autoridad: somos libres, estamos condenados a ser libres, a elegir, y lo que hacemos depende de nosotros y sólo de nosotros. Nuestra decisión es intransferible y se hace en soledad también en otro sentido: los valores que dirigen nuestra elección los elegimos nosotros, o mejor, los inventamos: no existe una tabla de valores absoluta en la que podamos consultar lo correcto o incorrecto de nuestra decisión, en la que podamos apoyar nuestro juicio moral. Dios no existe, y por no existir Dios no existen valores morales absolutos, independientes de nuestra subjetividad, a priori: “en ningún sitio está escrito lo que debemos hacer; estamos en el plano de lo humano”; Sartre recuerda la frase de Dostoievsky “si Dios no existiera, todo estaría permitido” y declara que éste es el punto de partida del existencialismo. Todo está permitido si Dios no existe, y no hay excusas de ningún tipo para nuestras acciones. Ninguna moral puede presentar con detalle la conducta que debemos realizar, solo nos cabe inventarnos nuestra moral “el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar al hombre”.

La desesperación surge en relacion con que: "debemos comprometernos con un proyecto, debemos elegir nuestro ser, y esta elección no debe descansar en la esperanza de su realización inevitable pues sólo podemos contar con lo que depende de nuestra voluntad: el mundo no se acomoda necesariamente a nuestra voluntad, siempre hay factores imprevistos, siempre es posible que se trueque nuestra intención en algo totalmente distinto a lo previsto".

Esta filosofía de vida no es compatible con auqeellas personas que tienen miedo a la libertad, es por lo tanto, una filosofia para voluntades fuertes. Aceptar la libertad, como la entiende el existencialismo ateo, implica una transmutación radical de los valores vigentes... ¿te animas a recorrer este peligroso camino; a vivir en la incertidumbre de una aventura peligrosa propia de una existencia auténtica?

lunes, 27 de septiembre de 2010

Marx y la religión

“La religión es el opio de los pueblos”

ALIENACIÓN RELIGIOSA

LA RELIGIÓN ES UNA FORMA DE ALIENACIÓN PORQUE ES UNA INVENCIÓN HUMANA QUE CONSUELA AL HOMBRE DE LOS SUFRIMIENTOS EN ESTE MUNDO, DISMINUYE LA CAPACIDAD REVOLUCIONARIA PARA TRANSFORMAR LA AUTÉNTICA CAUSA DEL SUFRIMIENTO (QUE HAY QUE SITUAR EN LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA DE UNA CLASE SOCIAL POR OTRA), Y, ADEMÁS, LA MAYORIA DE LAS RELIGIONES LEGITIMAN DICHA OPRESIÓN. Marx considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente existente. Pero La religión tiene que ser estudiada objetivamente, esto quiere decir que, desde su punto de vista, tenemos que estudiar la religión como estudiamos cualquier otra manifestación humana, tratando de ver su relación con otras experiencias humanas y, particularmente, en relación con las condiciones económicas y sociales de la sociedad que la ha gestado. En esta línea, Marx critica la religión por considerarla una forma de alienación. La religión es una forma de alienación en tres sentidos:
• por una parte porque es una experiencia de algo irreal, es una experiencia de algo que no existe. Siguiendo a Feuerbach, Marx considera que no es Dios quien crea al hombre sino el hombre a Dios. Recordemos el esquema básico de toda alienación: el sujeto realiza una actividad que le hace perder su propia identidad, su propio ser; bien por su actividad, bien por el objeto creado mediante ella, en la alienación el sujeto se anula a sí mismo. Según Marx, esto es precisamente lo que ocurre en la religión: el hombre toma lo que considera mejor de sí mismo (voluntad, inteligencia, bondad, ...) y lo proyecta fuera de sí, en el ámbito de lo infinito; a su vez, esta proyección se vive como una realidad que se enfrenta al propio sujeto que la ha creado. Si la religión supone la existencia de Dios como algo infinito, lo hace oponiendo a ella el mundo finito, incluido el hombre mismo, desvalorizando su propio ser y su propio destino, desvalorizando el mundo humano frente a la calidad absoluta de la realidad trascendente o divina, realidad, por otra parte, dice Marx, meramente inventada por el hombre;
• pero la religión también es alienación porque desvía al hombre del único ámbito en donde le es realmente posible la salvación y felicidad, el mundo humano, el mundo de la finitud expresado en la vida social y económica. Al consolar al hombre del sufrimiento que en este mundo le toca vivir, sugiriendo en él que en el otro mundo le corresponderá la justicia y la felicidad plena, le resta capacidad, energía y determinación para cambiar las situaciones sociales, políticas y económicas que son las realmente culpables de su sufrimiento. En este sentido Marx dice que la religión es el “opio del pueblo”, pues, en definitiva, adormece el espíritu revolucionario que de otro modo tendría el ser humano;
• finalmente, su crítica a la religión se extiende también al hecho de que la religión suele tomar partido, pero no por las clases desfavorecidas sino por la clase dominante, perpetuando a ésta en el poder, legitimando el estado de cosas existente, dando incluso, en casos extremos, justificaciones teológicas al dominio de un grupo social sobre otro.
Por las razones citadas, Marx consideró que era necesaria la superación de la religión y que ésta pasa realmente por la superación del sistema de clases sociales: la diferencia con respecto a Feuerbach se centra precisamente en esta cuestión, pues para Feuerbach la supresión de la religión era posible con su superación intelectual, con la crítica filosófica a la religión; Marx creyó que era necesario, además y fundamentalmente, la modificación de las condiciones económicas que la han hecho posible, es decir, la desaparición del orden social creado a partir de la existencia de la propiedad privada. En la sociedad comunista no existirá la religión pues en esta sociedad no existirá la alienación, y ya se ha dicho que la religión aparece como consecuencia de la alienación.
Marx, crítica a la religión por ser expresión de la alienación humana y sostiene la defensa del hombre ante toda forma de divinidad alienante.

"El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre... La miseria religiosa es, de una parte, la expresión de la miseria real, y, de otra parte, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado de ánimo de un mundo sin corazón, porque es el espíritu de los estados de cosas carentes de espíritu.
Karl Marx, Crítica de la filosofía del derecho de Hegel

viernes, 10 de septiembre de 2010

Breve reflexión sobre Freud y Nietzsche

A partir de leer a Freud, brota en mi la comparación con Nietzsche. Me resulta ineludible construir lazos entre estos psicólogos que lucharon por desocultar las profundidades de la mente, ambos reflexionaron sobre las consecuencias de la represión de los instintos (o pulsiones en Freud). Y sobre este tema tratara mi breve reflexión.
La obra de estos gigantes del pensamiento nos conduce a ver los fenómenos, en donde intervienen seres humanos, de otra manera. Veamos hasta que senderos nos conduce su pensar…

Combaten con su crítica a la ingenuidad (o hipocresía) de aquellos que sostienen que los humanos son seres “buenos” y altruistas por naturaleza. Demostrando que en realidad, los humanos no nacen “buenos”, sino que se hacen dóciles, “racionales”, piadosos y pasivos debido a la influencia de la educación. Esta genera una reforma del carácter, transformando a la criatura egoísta, que es puro instinto, en un ser social, es decir, domesticado.

Los instintos irracionales (crueles, violentos, egoístas, “malignos”) que dominan a los humanos en los comienzos de su existencia, son reprimidos, pero no eliminados. Esto explica las acciones impulsivas, aparentemente sin motivos, de las personas civilizadas que cada tanto salen a la luz. El fanatismo, la exacerbación, el delirio, el apasionamiento o entusiasmo se explican y se relacionan con esta represión que deja latente las emociones primitivas o animales.

La represión por lo tanto, es el factor principal que interviene en el proceso de conformación de las personas “buenas”. Para ser “buenos”, entonces, es necesario reprimir nuestros deseos. Debemos, pues, apagar nuestros instintos, sofocar nuestra fogosidad; suprimir o dejar de lado nuestras pasiones. Esto conduce a la transformación de las personas en animales enfermos, que son incapaces de ser plenamente felices.

La liberación de estas cadenas que oprimen nuestros deseos instintivos pondría en riesgo a la sociedad tal como la conocemos. Sin embargo: ¿no es mejor perder el miedo a la libertad y entregarnos a los placeres, que seguir obedeciendo a la moral de esclavos que nos limita la existencia?